MENÚ

Ilha Grande: aventura, quietud y playas soñadas


Hace ratazo que tenía ganas de armar este post, y hoy se da en un contexto en que miles de argentinos huyen del país para disfrutar de las cálidas playas brasileñas beneficiados por el tipo de cambio y yo soportando el verano en mi ciudad. Amo elaborar estos dossiers de viaje, básicamente porque cada imagen me permite viajar con la imaginación y mis recuerdos.
Este post de Isla Grande (en portugués, Ilha Grande) resulta de un viaje que hice en familia en abril del año pasado. ¿El plan? 5 días en Río de Janeiro (que ya tienen post: Río de Janeiro parte I y Río de Janeiro, parte II), 3 días en Ilha Grande y 2 días en Paraty.
Tan cerca de Río, pero tan diferente. La idea era huir de la gran ciudad y desconectarse del mundo disfrutando de la naturaleza en todo su esplendor.



Día 1. Llegar a Ilha Grande desde Río de Janeiro fue simple: desde la terminal de ómnibus tomar el ómnibus Costa Verde con destino a  Conceição de Jacareí, la mejor opción relación costo/beneficio (el camino a Isla Grande es más corto y más rápido que los demás). El muelle desde donde parte la lancha a la isla se encuentra a sólo 200 metros de la ruta, por lo que no se nos dificultó trasladarnos con nuestras mochilas al hombro.





Vila do Abraao


La lancha nos va a dejar en el único puerto de la isla: Vila do Abraão, el pequeño poblado de la isla. Si ya tienen alojamiento, pueden dirigirse a la oficina de Turismo que está en el mismo puerto y retirar un plano. Si no tienen dónde quedarse, pueden consultar allí mismo. Mi propia experiencia me dice que es conveniente llegar a un destino con un plan de alojamiento, y con mayor énfasis si se trata de una isla.
Nosotros habíamos alquilado a través de aibnb (un sitio de alquileres temporarios), una habitación en una casa de familia que se presentaba como Nossa Casa. Yo había quedado deslumbrada con la frondosa vegetación que rodeaba a la posada y con la idea de compartir espacios comunes con otros huéspedes. Por suerte, no me equivoqué.





















En Ilha Grande todo se hace a pie, en bicicleta o en lancha, no hay autos; salvo tres vehículos oficiales: un patrullero, un camión de bomberos y una ambulancia que están disponibles las 24 horas en el pequeño pueblo. Una vez acomodados, decidimos ir a la playa, no sin antes echar un vistazo al pequeño casco urbano de la isla.



















Unos 30 minutos de trilha (se las denomina así a las caminatas por los senderos en medio de la naturaleza) se llega a Praia do Abraãozinho, una de las playas más lindas cercanas a la villa. Allí, pudimos disfrutar de nuestra primera tarde de playa en la isla en compañía de una refrescante cervecita (vale aclarar que en ninguna parte del mundo sirven la cerveza como en Brasil: la temperatura siempre justa :D).


















Ya casi al atardecer, el clima nos empezó a jugar una mala pasada: comenzó a llover. La existencia de lanchas taxi nos permitió volver sin dificultad al pueblo; la lluvia no cesaba y hubiese sido complicada la vuelta en trilha, hay varios cruces de cursos de agua. (Este es uno de los momentos que ponés los pies sobre la tierra y pensás: "nada de locuras.. estoy viajado con chicos").





Día 2. Pasamos toda la noche y no dejó de llover. El pronóstico no era alentador, por lo que tuvimos que resignar "el paseo del día", qué decir?! "el paseo del año!!!".  La idea era tomar una excursión denominadas 'meia volta' o 'volta completa' (media o vuelta entera a la isla) y recorrer diferentes playas (Aventureiro, Dos Rios, Saco de Céu, entre otras) y puntos de snorkel (Lagoa Verde, Lagoa Azul). Una de estas excursiones es un must para quienes viajan a Ilha Grande. Lamentablemente quedarán estos paseos marítimos en mi fatídica lista de 'pendientes' ... :(
                               



La mañana lluviosa fue la excusa perfecta para, luego de saborear un desayuno bien power, agarrar mi Nikkor 35 mm y hacer fotos de la naturaleza en su mayor esplendor.





Filomena













Pasado el mediodía, la lluvia paró por lo que decidimos salir a caminar ... En la plaza principal se ubica la pintoresca Iglesia de São Sebastião, cuya fachada se divisa desde el mar al llegar a Vila do Abraão.
En Ilha Grande encontramos puestos de jugos y de comida rápida, un mini shopping donde encontrar ropa liviana, Havaianas (con su clásico local) y chucherías. También hay infinidad de agencias de turismo donde contratar excursiones, un par de verdulerías y mercado.

















Isla Grande es reconocida por ser uno de los lugares más sensacionales de Brasil para la trilha (senderismo). Hay caminos en medio de la selva, subiendo morros, cruzando ríos, manglares, cascadas, planicies, caminar junto al mar por la playa, atravesar comunidades nativas, todo en un escenario natural maravilloso.
Por toda la isla existen trilhas que comunican a las playas entre sí. Recuerden que aquí no hay caminos, ni autos... todo es a pie o en barco. Se puede planear los recorridos conforme a la voluntad y condición física de cada uno; hay trilhas y circuitos de corta duración y distancia, como así recorridos que pueden demorar días.
Tras un día lluvioso, decidimos hacer la Trilha número 1 ( T01 ) desde Vila do Abraão hacia un viejo Aqueducto. Llegar nos demandaría 30 minutos sin stop, aunque nada mejor que hacer el recorrido disfrutando cada rincón del trayecto.



















Aqueducto








Ilha Grande es un destino donde su fuerte es la naturaleza y la aventura pero la gastronomía y las tradiciones culinarias no se quedan atrás. Aquí, el plato típico de peixe con banana y junto con los mariscos son ofrecidos en los más variados espacios de comida, desde bares y lanchonetes hasta restaurantes a la carta. La mayoría de los establecimientos se encuentran sobre la playa, por lo que nada mejor que disfrutar de una rica comida mirando el bar y con los pies en la arena.












Nuestras vacaciones fueron muy "gasoleras" por lo que aprovechamos al máximo la equipada cocina de Nossa Casa y salíamos por la villa en busca del postre. El compartir la mesa con otros huéspedes de la casa, era un ingrediente extra para enriquecer nuestro nuestro viaje.




Día 3. Amanecimos con un sol radiante en la isla y entramos en una encrucijada: ¿un recorrido en lancha por diferentes playas y hacer snorkel? o ¿conocer Lopes Mendes?. La decisión fue difícil e implicó consenso familiar. Lopes Mendes es un must para quienes visitan Ilha Grande ya que está catalogada como la playa más linda del litoral brasileño.
Hay una trilha T10 para ir caminando desde Abraão hasta Lopes Mendes pero demanda unas 3 horas. Muchos turistas aventureros lo hacen, pero nosotros optamos tomar una lancha desde Abraão con destino a Praia do Mangues, desde donde se inicia una trilha de mediana intensidad y que demanda unos 20 o 30 minutos hasta Lopes Mendes. ¿El costo? Unos 30 reales por persona, ida y vuelta.

















Praia das Palmas




Praia do Pouso






Y llegamos a una de las playas más bonitas de Brasil. Lopes Mendes cuenta con 3 kilómetros de extensión de arena blanca e increíblemente fina, casi como talco. Un mar por partes verde y por partes celeste pero con agua muy transparente. El entorno agreste aunque armonioso, permite pasar horas en el agua disfrutando del cálido mar y de la sombra natural, si se quiere, que ofrece las "amendoeiras" que surcan la costa.
No por nada, es considerada por la revista Times como la playa más bonita de toda la costa brasileña y la #10 en el ranking mundial.




























Se recomienda ir temprano a Lopes Mendesla última lancha de regreso a Vila do Abraão es a las 17 hs. - además de llevarse bebida y un pequeño lunch. Si viste las fotos y te dieron ganas de alojarte en Lopes Mendes, lamento decirte que no va a ser posible. Los alojamientos más cercanos son sólo campings y se encuentran en Praia do Pouso, en Praia do Mangues y en Praia das Palmas. Está prohibido acampar en Lopes Mendes y alrededores.








Día 4. Momento de despedirnos de la alucinante Isla Grande, con deseos de volver muy pronto. Quedaron en el camino una serie de imperdibles: playas como Aventureiros y el snorkel en Lagoa Verde y/o Lagoa Azul. Pero me llevo conmigo la gratitud con que los lugareños no han brindado, especialmente Mariana y su pequeña Giulia, las anfitrionas de Nossa Casa.




Pero el viaje no había terminado... a las 10 am partiríamos de Abraão en barco hacia el continente, precisamente hacia Angra dos Reis (tengan en cuenta que este trayecto es gratuito) para luego continuar nuestra "experiencia mochilera" hacia un nuevo destino: Paraty, destino mágico al que le dedicaré pronto un post.





~ lugares que inspiran ~




Más info de Ilha Grande: http://www.ilhagrande.es/





No hay comentarios.

Publicar un comentario

Con tecnología de Blogger.
© 2025 Buena Vida
Maira Gall